En junio, estos dos jovenzuelos acabaron en la perrera de Calvià ya que estaban en la calle perdidos. Nadie los recogió y vinieron al refugio. Grandes, negros, hermosos y muy unidos. Pero también fuertes y sin conocimientos básicos, sin saber ir con correa, presentarse a otros perros…tenían mucho por aprender. Pensamos que no seria tarea fácil encontrarles una familia que les permitiera seguir juntos, hasta que Xavier se puso en contactó con nosotros . Xavier (que ya tenía experiencia con la raza Pastor Mallorquín) lo sabía, pero decidió después de varias charlas y visitas con nosotros, intentarlo. Era un reto . Y así, los llevamos a casa de Xavier, y sus dos hijos, a su nuevo hogar. Y reconocemos que al principio teníamos dudas de si funcionaria.

Pero Xavier rápidamente nos lo dejó claro, porque dominó muy bien la nueva situación, que no fue fácil al principio. Con mucho amor pero contundente, les enseña a vivir juntos, con respeto y educación. Y va muy bien . Vaya suerte han tenido estos grandullones de encontrase con Xavier! Onyx y Pamina, juntos, ya son miembros de la familia . Gracias Xavier por darles esta gran oportunidad